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Democracia tramposa, Consulta Popular y Reforma Laboral: el teatro político colombiano.

  • Foto del escritor: Observatorio Sabana
    Observatorio Sabana
  • hace 23 horas
  • 9 Min. de lectura

Giovanny Bermúdez Mendoza

Observatorio Social y Territorial Bogotá Sabana.

 

1.      El telón del escenario político: la democracia tramposa y la muerte de la Consulta Popular.


Fue intensa y estrepitosa la marcha de los acontecimientos políticos de la semana pasada en Colombia. Inicio con la discusión en el Senado de la Consulta Popular[1] y termino con la atmósfera de decepción de los líderes parlamentarios del progresismo y de sus bases populares; asimismo, con el  desconcierto de diferentes sectores de la izquierda colombiana que ya advertían de la obviedad del desenlace parlamentario frente a la cuestión de la Consulta Popular, pero qué atónitos asimilaron la manera pragmática en que los intelectuales orgánicos del bloque de poder  se dieron  “un  disparo en el pie”, al cerrar nuevamente de forma fraudulenta los canales participativos del esquema de democracia liberal en Colombia.


Lo anterior se ha dado, al revivir, por un lado, mediante triquiñuelas de procedimiento el proyecto de reforma laboral descartado y  archivado hace un mes por el bloque parlamentario anti gobiernista. Y, por otro lado, al cancelar simultáneamente de tajo la posibilidad de la Consulta Popular. Así, con el "graznar de los gavilanes y la risa de las hienas" junto al alistamiento de la respuesta  de las fuerzas contestatarias, descendió el telón del teatro político nacional al finalizar la semana pasada.


La maniobra pragmática de los sectores de centro derecha y la ultra derecha colombiana para revivir la hundida reforma laboral y el estilo de "democratic trap" utilizado para negar la posibilidad de la Consulta Popular, aparte de lograr dar certidumbre a las fuerzas del capital de que el proceso democrático inherente a su forma estatal no logre desbordarse del cause que le garantiza las condiciones institucionales para reproducir su hegemonía, solo puso en evidencia el grado de descomposición del mismo sistema institucional colombiano y la actitud radical de la gran burguesía para imponer la defensa de sus intereses  de clase sobre el conjunto de la clases trabajadora del país.


Así, con el hundimiento de la Consulta Popular; la captura de la reforma laboral por parte de las fuerzas parlamentarias del bloque de poder, como mal menor; y la agencia de las fuerzas proletarias y populares para responder a la situación, se arma la escena de la política nacional con viejos personajes, libretos y roles; pero, también, con uno que otro rasgo de aparente novedad.


Sobre esto, dos parecen ser las cuestiones principales que animan la coyuntura por la cual atraviesa la lucha de clases nacional y la manera tan nítida en que sus protagonistas se exponen. La disputa por la democracia y por formas diferentes de gestión alternativa del poder político; y el problema de la reforma  del régimen laboral y las condiciones jurídicas sobre las que este deberá funcionar.


Ambos relacionan y enfrentan los extremos de la contradicción capital trabajo. Por ello vemos a un lado el Capital con sus armas de guerra: el mecanismo democrático derivado de su máquina estatal, los intelectuales orgánicos representados en sus partidos, industrias de comunicación  y la tecnocracia de sus conglomerados gremiales. Y al otro extremo, el proletariado, las organizaciones populares, los movimientos  sociales y una fracción de la pequeña burguesía progresista.



2.      De la trampa democrática a la reforma exprés: ¿El Capital impone sus reglas?


La propuesta de Consulta Popular surgió de la negativa de las fuerzas parlamentarias hegemónicas de dar trámite y discusión al proyecto de reforma laboral. Al tiempo, la resurrección del proyecto de reforma laboral se dio a causa de la negativa de las mismas fuerzas del bloque de poder de viabilizar el mecanismo de Consulta Popular.


Captura de pantalla portal la Silla Vacía. Ciro Ramírez en libertad voto por hundimiento de la Consulta Popular.
Captura de pantalla portal la Silla Vacía. Ciro Ramírez en libertad voto por hundimiento de la Consulta Popular.

En el primer caso, se esgrimieron los argumentos expuestos por el Consejo Gremial Nacional (CNG)[2], conglomerado de capitalistas que centralizan el 50% del valor agregado del país y representa la voz de los 32 gremios económicos de mayor importancia, el cual argumenta que la reforma laboral debe solucionar el problema estructural de la informalidad laboral y la producción de empleo. Y que la reforma laboral tal y como se propone por el gobierno es regresiva para este tipo de fines económicos. En primer lugar, porque su énfasis está en reconstruir parte de las garantías y derechos laborales de los cuales fueron despojados los trabajadores colombianos durante los último 30 años.


En segundo lugar, porque varias de sus medidas de recomposición de derechos salariales aumentarían el valor de la fuerza de trabajo y con ello desequilibra el nivel de ganancia y de la masa de plusvalía que una vez cumple el ciclo de merodear por los bolsillos de los pequeños empresarios redunda en la bolsa de la gran burguesía nacional, y sobre esas condiciones  generá una leve disminución de sus ganancias. Lo cual llevaría a la abstinencia inversora de los capitalistas y con ello a la caída de la oferta de puestos de empleo.

 

En el caso  de la Consulta Popular, la cuestión fue la misma, los congresistas del bloque de poder en sus diversas representaciones, de centro derecha y ultra derecha, argumentaron las mismas razones que las comunicaciones del (CGN) de que dicha iniciativa alimentaba el populismo, el utilitarismo electoral del gobierno y el estrés de las finanzas públicas estatales. Por lo cual, una cuestión así, sería improcedente por ambos lados.


En el primer caso se le pide al gobierno que con su política de reforma laboral solucione la consecuencia natural de 70 años de capitalismo regresivo y de políticas laborales fallidas,  gestionadas desde el centro del bloque de poder  durante los último 40 años.


En el segundo, simplemente niegan la democracia participativa y consultiva por los altos costes económicos que algo así representa y por la posible crisis institucional en la cual puede derivar el hecho de que la voluntad popular controvierta al poder legislativo y deje expuesta su naturaleza anti popular y regresiva. Al tiempo, que este proceso pueda fortalecer la ambición electoral del progresismo de cara al 2026.


Razones por la cual como mal menor los sectores del capital se decidieron a aceptar un nuevo proceso de discusión sobre la reforma laboral. Y con esto usurpar la bandera de la Reforma Laboral, argumentando que el gobierno progresista una vez se mantiene en la vía de la Consulta Popular solo piensa en su futuro electoral y deja a un lado el interés de solucionar la situación de los trabajadores del país. Exponiendo una falsa escisión entre democracia y dignidad laboral. Y con mayor cinismo asumiendo una falsa defensa de los más de 13 millones de trabajadores que subsisten en informalidad por el tipo de régimen en que descansa el régimen de acumulación del gran capital del país.


Por su parte, los parlamentarios del bloque de poder han intentado bajar los ánimos y tensiones del actual escenario prometiendo una reforma laboral racional y sustentada en el consenso entre intereses contrarios y bajo la garantía de los mecanismos de la democracia parlamentaria, pero sobre la base de un proceso ultra pragmático de democracia exprés, luego de la truculenta maniobra de trampa democrática mediante la cual el pasado 14 de mayo dieron su golpe de mano institucional a la propuesta de Reforma Laboral y la estocada a la Consulta Popular.


La situación trasmite un preocupante mensaje puesto que la bandera de la Reforma Laboral ha quedado de forma tramposa en las manos de las fuerzas políticas retardatarias, como simple carambola de su maniobra de democracia tramposa y con esto subordinada a sus vicios de procedimiento.[3] Lo que podría terminar en un proceso tremendamente regresivo para los trabajadores, por cuanto tal cuestión pude ajustarse sin mayor complicación a la medida del gran Capital, que de forma pragmática no sólo ha dado respaldo al presente proceso de re discusión del proyecto de Reforma Laboral, sino, también ha puesto uno que otro caramelo para endulzar la opinión pública y con ello quitar sustento a la legítima reivindicación de las clases populares y proletarias de obtener cambios serios frente a la naturaleza estructural del modelo de explotación de la fuerza del trabajo del que son objeto los proletarios y proletarias del país.


3.      Democracia descompuesta, mercantilización del poder y resistencia popular.


El sistema democrático colombiano es un sistema que se pudre día a día y está situación progresiva es solo un efecto del tipo de lógica de mercado que sostiene su dinámica fraudulenta.  La corrupción es inherente a las determinaciones que condicionan su funcionamiento electoral, el proceso legislativo, la forma institucional de la justicia y el régimen burocrático del poder presidencial.



Pero de forma estructural la decadencia del sistema democrático colombiano  obedece a la contradictoria lógica general que constitutivamente rige la desigual relación de fuerza entre el capital y el trabajo en el campo del derecho y de la doctrina constitucional. Sobre esa lógica es que se fabrican sus productos y sus resultados[4]


Por ello, la opinión de los parlamentarios de  centro derecha y de derecha y de los sectores progresistas, qué plantean  la defensa irrestricta de las instituciones como divinas providencia elevadas por encima de la sociedad con la  potestad de tomar las decisiones políticas y de resolver los asuntos públicos, es decir, de hacer racional las contradicciones de la lucha de clases, se cae por el propio peso de las circunstancias que una vez más la semana pasada pusieron en evidencia las contradicciones del sistema político colombiano.


Nota periodística del diario El Espectador de 7 de mayo de 2025.
Nota periodística del diario El Espectador de 7 de mayo de 2025.

Muchas de las tesis defensivas de los intelectuales orgánicos del bloque de poder arguyen que el poder parlamentario es producto de la elección sensata de la participación electoral del pueblo, pero no advierten acerca de la corrupta lógica de mercado en la cual se asienta el sistema y el proceso  electoral colombiano; de la forma en que las empresas partidistas que monopolizan las temporadas electorales desfalcan el erario público; tampoco, de la forma concomitante a través de la cual se combina el poder económico y la agencia institucional de los políticos profesionales para defender los intereses del capital y quebrar  los de las mayorías. Por ello, tiene sensatez el hecho de pensar que otros mecanismos y procesos son necesarios y urgentes para romper y superar el espejismo de las relaciones sociales que sostiene la desprestigiada democracia nacional.


Los “ciudadanos’ colombianos pueden advertir la crisis del sistema democrático en la corrompida forma en que inevitablemente se expresa su proceso político electoral y burocrático en los escándalos de la financiación electoral, en los miles de casos en que    “respetables políticos” una y otra vez son sometidos a procesos penales por corrupción; también, en otros tantos, en los cuales la acción parlamentaria y judicial son mediadas a través de mecanismos informales de lobby corporativo de intereses particulares que se traducen en rentas  económicas y de poder a destajo, en detrimento del bienestar de millones y de los mínimos principios que sostienen la mascara institucional del juego de dominación y explotación de clases que subyace a la democracia liberal.


Captura de pantalla casos de corrupción de la gestión pública en Colombia.
Captura de pantalla casos de corrupción de la gestión pública en Colombia.

En palabras de Karl Marx, el "demócrata profesional, sale del pozo más vergonzoso tan inmaculado como cuando entro en el". Y al tiempo, con la creencia absoluta de que el poder con el cual se reviste emana de la sociedad, apropia la seguridad de que él y su partido no requieren principios nuevos y que las circunstancias y la sociedad deben ajustarse a él y al mecanismo contradictorio del juego político institucional que cree controlar.


Por esta razón, la intentona de contener la motivación de millones de trabajadores que venían viendo cómo una racional opción el estrecho mecanismo de la Consulta Popular, para presionar respuestas a su insoportable situación de explotación y confiscación de su masa salarial por parte de los grandes conglomerados económicos del país, resulto agudizando aún más la profunda crisis de legitimidad y representación de la cual padece los poderes formales de la relación estatal capitalista en el país y en forma análoga la clase política que los materializa.


Así, como parte de la manera truculenta en que se ha manejado el proceso político de discusión de la Reforma Laboral y de la Consulta Popular, se visibilizó la crisis de la democracia en el país y con ello la necesidad de erigir nuevas formas de democracia popular, bandera que han tomado los movimientos sociales y las organizaciones populares en línea de construir cabildos y asambleas populares de cara a la construcción de escenarios de movilización que fuercen la reorientación a favor de las tendencias de la coyuntura política.


Según el marco de posibilidad, se deben orientar esfuerzos para presionar la Consulta Popular 2.0; al igual que confrontar las fuerzas burocráticas del Senado que han centralizado el trámite exprés de la Reforma Laboral y fundamentalmente a fortalecer las expresiones y procesos de base que atiendan la construcción de nuevas formas de poder y gestión de democracia popular. Se asiste a la apertura de un nuevo ciclo de tensión y contradicción de la lucha de clases nacional, el cual obliga a las clases trabajadoras y populares a aprender de los errores y límites de su pasado inmediato y avanzar sin titubeó alguno.


Bibliografía:


La crisis de la social democracia. Rosa Luxemburgo. Editorial AKAL. 2018. Madrid. España.


La Comuna de París. Karl Marx. Editorial AKAL. 2013. Madrid. España.


Notas al pie.


[1] Proyecto presentado por el presidente Gustavo Petro al Senado de la República el pasado 1ro de mayo, para refrendar legislativamente una iniciativa de   participación  popular que permitiera ampliar el campo del debate laboral del país y  posibilitar de esta manera lograr mayores niveles de presión al conjunto de fuerzas conservadoras, de centro y derecha, que el pasado de 18 de marzo habían hundido en la comisión 7° del Senado de la República el proyecto de Reforma laboral del gobierno progresista.

[2] Al respecto puede consultarse los comunicados y documentos de concepto frente a las propuestas de reforma y diferentes políticas públicas a las cuales ha respondido el Consejo Nacional Gremial. Especialmente de septiembre de 2024; 12 de marzo, 30 de abril y 17 de mayo de 2025. En: https://cgn.org.co/comunicados-de-prensa/

 

[3] Al respecto puede construirse una opinión propia consultando: ¿Qué viene para la Reforma Laboral?. Pues según: “La presidenta de la Comisión Cuarta del Senado, Angélica Lozano, explicó que quedan un poco más de 30 días para poder aprobar la reforma laboral que revivió luego de la aprobación el miércoles pasado de la apelación presentada por el Senador Fabián Díaz de la alianza Verde.” Ver en: o https://www.senado.gov.co/index.php/el-senado/noticias/6439-el-balon-quedo-en-la-cancha-del-senado-senadora-angelica-lozano-sobre-apelacion-de-reforma-laboral

 

[4] Al respecto para ampliar la reflexión: La empresa electoral y los límites institucionales del Cambio. En: https://www.centropraxis.co/post/la-empresa-electoral-y-los-limites-institucionales-del-cambio

 

 
 
 

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