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Consulta popular: la plenaria de las sombras, el proletariado que vacila y el bloque de poder que no duda.

  • Foto del escritor: Observatorio Sabana
    Observatorio Sabana
  • hace 7 días
  • 5 Min. de lectura

Giovanny Bermudez Mendoza

Observatorio Social y Territorial Bogotá Sabana.


Una solicitud de apelación fue el recurso que permitió la artimaña burocrática a través de la cual los partidos políticos del bloque socialmente dominante, a plena luz del día el pasado 14 de mayo y cuando todo el país vacilaba expectante sobre lo que pasaría en la plenaria que definiría el futuro de la Consulta Popular, utilizaron para  fraguar su inescrupulosa maniobra  de fraude democrático a las mayorías trabajadoras del país.


Existen hechos en la lucha de clases que a pesar de su obviedad no dejan de sorprender. El hundimiento de la Consulta Popular era la opción más posible por la cual podía descorrer el intenso pulso político que durante la larga  plenaria del 13 de mayo y las jornadas de votación de el 14 de mayo desarrollaron los voceros políticos del gran capital y los representantes de las debilitadas y vilipendiadas fuerzas progresistas, sobre las cuales reposaba la expectativa de millones de trabajadores y trabajadoras que anhelaban lograr cambios mínimos en el mecanismo legal que regula su proceso social de explotación por el capital.



Sin embargo, este golpe de mano tendría que ser llevado a cabalidad de forma fría y calculada, pues la situación de jaque en la que se encontraban el bloque de poder del país,  con sus partidos políticos y gremios económicos, no hacia fácil esquivar la tentativa de ceder parte del monopolio que desde hace décadas detentan sobre el poder político de la máquina estatal y sobre la determinación económica de la vida de millones de trabajadores del país. La situación, aunque expresada como victoria para las fuerzas conservadoras, frente a lo que consideran es la amenaza más central para la preservación de su régimen político, la posibilidad de que la Consulta Popular apalancara la estrategia electoral del progresismo para el 2026, los condujo a operar de frente y sin vacilación contra la mínima posibilidad de la clase trabajadora de acceder a la democracia consultiva y participativa y por esa vía obtener soluciones a las condiciones de explotación e injusticia de las que hace rato son objeto.

Esta actitud esquiva y cínica se justificó con la votación en primer lugar de la solitud de apelación presentada por el senador Ariel Ávila del Partido Verde y Pedro Flórez del Pacto Histórico sobre  la decisión que había tomado la comisión 7° del Senado el pasado 18 de marzo de enterrar la propuesta de Ley de reforma laboral, elevada para trámite parlamentario por el Gobierno de Gustavo Petro, la cual sobre las mismas justificaciones a través de las cuales hoy se sostiene el hundimiento de la Consulta Popular se le dio acta de defunción. Sobre el eufemismo de defender el sistema democrático de los desvíos populistas, de evitar los enormes costos que reconstruir derechos a los trabajadores significa; y de prevenir que a través  de las políticas de reforma el progresismo asegure mejores condiciones para su lucha electoral.

La maniobra de dar tramite a la solicitud de apelación sirvió para encausar la movida burocrática de las fuerzas conservadoras, que  descentro la atención legislativa del trámite sobre el concepto de favorabilidad a la Consulta Popular y destajo el posible apoyo parlamentario de las fuerzas indecisas entre el Si y el No; al tiempo, mediante repertorios viciados se manejo inescrupulosamente el proceso de votación orientado a definir el futuro de la consulta popular; polémico proceso de democracia parlamentaria en el cual el progresismo no  logro consolidar mayorías y nuevamente con una votación de 47 votos por el Si a 49 votos por el No vio perecer su ánimo burocrático y creencia religiosa por los mecanismos siempre amañados de la democracia liberal. No sin antes haber claudicado frente al resultado de la votación sobre el informe de apelación al archivo del proyecto de Ley de reforma laboral, que con 68 votos a favor y 3 en contra, previamente había obviado el desenlace de la jornada. 


Datos votación plenaria 14 de mayo 2025 concepto favorable Consulta Popular


Así, para burlarse nuevamente del optimismo popular y de los trabajadores las fuerzas parlamentarias hegemónicas decidieron  revivir un proyecto de Ley de reforma laboral que  sometido meses atrás sometieron a las mismas artimañas. Está vez, con la promesa de resolver en 30 días delimitados por el calendario parlamentario,  lo que en los últimos tres años no ha resuelto a causa de la actitud negacionista de la burguesía nacional y de la larga tradición contra reformista de sus voceros políticos. Así, una vez más, queda expuesto que en Colombia las reformas políticas son estrictamente potestad del recalcitrante poder político de la clase socialmente dominante. Lo cual constata décadas de contra reformismo oligárquico violento y anti popular.

Con los resultados de la jornada del 14 de mayo varios son los aprendizajes que los trabajadores y trabajadoras pueden obtener y que está carga de cretinismo parlamentario nos posibilita discernir. En primer lugar, sobre los límites del mecanismo de poder que materializa la democracia como arma de lucha de clases del bloque de poder; en segundo lugar, el fracasado recurso al pacto burocrático y la alternativa de gestión institucional que una y otra vez le ha reventado en la cara a las fuerzas progresistas, que ni siquiera aseguraron la totalidad de los votos de los cuales disponían sus propias fuerzas parlamentarias, pero que en extenso ha probado sus limitaciones si tomamos la trazabilidad de fracasos parlamentarios de los últimos tres años en materias como las leyes de reforma educativa, de reforma política y leyes fiscales y tributarias; y que en el caso de las que han sido posibles regresivamente fueron mutiladas y ajustadas a las necesidades de la gran burguesía financiera y terrateniente del país, como en el caso de la reforma pensional y de la política agraria progresista.


En tercer lugar, que siempre que el pueblo y los trabajadores abandonan y dejan vacías las trincheras de la movilización popular reducen el rango de posibilidad de conseguir cambios y mejoras en sus condiciones de vida y de subordinación a la contradicción capital trabajo. Y, en cuarto lugar, que el deseo de obtener cambios mínimos  compromete una decidida acción de lucha y persistencia activa para lograr tensionar a favor las posiciones y la correlación de fuerzas que sostienen la lucha política de las clases sociales del país, lucha que el bloque de poder como nuevamente se pone en la mesa, están dispuestos a llevar al límite de sus propios mecanismos de hegemonía.


Así, como lo habíamos adelantado en la anterior nota: “La Consulta Popular de Petro ¿Posibilidad para la democracia proletaria y popular o una nuevo límite del fetichismo institucional?”. Sobre el proceso de discusión de la Consulta Popular, cualquiera de los resultados, desencadenaría la profundización del actual escenario por el que transita la lucha de clases del país. Situación a la cual los sectores sociales y populares ya han esgrimido diferentes opciones del como confrontar el actual escenario. Estas, van desde el llamamiento a la huelga general y la asamblea popular, la  Cumbre política y social, la iniciativa ciudadana y reiterar la Consulta Popular o acudir al castigo electoral a quienes han negado la mínima democracia al proletariado nacional.


En la otra orilla del espectro político las sectores hegemónicos esgrimen como resultado de su maniobra parlamentaria la proeza de preservar y haber impedido la desinstitucionalización de su régimen político; también, de haber contenido la crisis de legitimidad de su poder parlamentario y sobre todo de avanzar en una propuesta de reforma laboral, que se ajuste a la medida de la retardataria mentalidad de la burguesía nacional y profundice el modelo laboral que en décadas de gestión no ha tenido más resultados que la precarización, subutilización y sobre explotación de la fuerza trabajo nacional.


Sobre este escenario quedan expuestas las posibilidades de acción. La crisis y contradicciones de la democracia liberal y la necesidad de levantar frente a sus limites la bandera de la democracia obrera y popular, de construir la Asamblea Popular, jalonar la Gran Huelga Nacional e impulsar un programa de transformaciones productivas, laborales y políticas de largo aliento.

 
 
 

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